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Hay una una relación entre el acero y los imanes que los hace distintos. Acero—El acero es una combinación de hierro y carbono, así como algunos otros materiales. En realidad, solo hay ciertos componentes del acero (hierro, níquel, cobalto) que pueden magnetizarse. Los imanes hacen que el acero sea magnético si lo tocas. Esto significa que el acero puede adherirse a los imanes si se acercan lo suficiente, lo cual es bastante interesante. Por eso, el acero y los imanes son tan buenos para interactuar.
Esto reduce nuestro trabajo e incrementa la eficiencia de nuestras herramientas. Acero tiene un efecto asombroso en los imanes. El magnetismo del acero puede a su vez verse afectado por el tipo de acero que sea, qué tan caliente o frío esté, y qué tan fuerte sea el imán que estés usando. Un imán funciona mejor y también se vuelve más fuerte cuando está muy frío. Pero el acero, si se sobrecalienta, pierde su magnetismo. Esto es porque los elementos diminutos que están dentro del acero terminan moviéndose demasiado debido al calor, lo que provoca que el acero pierda su capacidad para ser magnetizado. Comprender estos cambios nos permite obtener una ventaja competitiva al usar acero e imanes.
Creando acero requiere mucho magnetismo. El imán magnético se emplea para eliminar pequeños fragmentos de hierro de los materiales originales durante el procedimiento. Esto ayuda a garantizar que el acero para el usuario final sea de excelente calidad y contribuya a la seguridad. Incluso cantidades mínimas pueden reducir la resistencia y la seguridad del acero. Los imanes también se utilizan para guiar el flujo de acero líquido durante la producción. Con la ayuda de campos magnéticos, los productores de acero moldean el acero crudo en la forma requerida para hacer sus productos lo suficientemente fuertes y duraderos.
Hoy en día otros , en los cuales el acero juega un papel crucial, son herramientas indispensables. Una cantidad considerable de nuestra tecnología moderna depende del acero. Los imanes más poderosos de la Tierra usan acero. Se utilizan en máquinas de resonancia magnética (IRM), a través de las cuales los doctores pueden mirar dentro de nuestros cuerpos, y para impulsar motores eléctricos que mueven muchos de nuestros dispositivos cotidianos. Además, el acero se utiliza para imanes de turbinas eólicas para generar energía renovable. Estos imanes no funcionarían lo suficientemente bien sin acero, y eso sería perjudicial para nuestra capacidad de producir energía renovable.
Acero y los imanes, parece que no hay un final a lo que los científicos pueden hacer con nuevos usos de ellos. Están desarrollando imanes aún más fuertes intentando modificar la química del acero, lo que le da propiedades magnéticas superiores. Ambas investigaciones del MIPT abren caminos para tecnologías que apenas podemos imaginar. Incluso están investigando cómo gestionar el flujo de acero líquido de manera más eficiente con imanes. Esto podría eventualmente llevar a una producción de acero más rápida y un aumento en la calidad del producto final, ambas cosas que permiten que se vuelvan útiles en otros lugares para todos nosotros.